EL VIAJE
Esperar tu llegada, a media tarde,
es cien veces más hermoso
que verte llegar al caer la noche.
Mi cuerpo se revuelve sin ti.
y parece que te escriba salmos entre las sábanas.
Y antes de que llegues
debo olvidarlo y sacudir el tiempo
en que no te tuve
y creerme que no ha existido.
Abro los balcones para que entre el viento
para que el frío queme mis recuerdos
y al llegar no me encuentres tan llena de ti.
Luego salgo y apoyada en la baranda
enciendo un cigarro,
y me lo fumo para el mundo
delante de él, y así recuerdo que ahí está,
que antes de ti, también estuvo,
que si algún día decidieras no llegar
ahí estará, el mundo.
Y hago un supremo esfuerzo
fervientemente recordando
que a pesar de ti, el mundo está.
Y así fumo.
Y así te espero.
Y así cojo frío.
Y así ese hombre de ahí abajo...
Para ti escojo el vestido
que más te duela quitarme,
y debajo quedo desnuda
para que lo olvides pronto.
Y delante del espejo bailo
como nunca antes he bailado
redescubriendo ante él mi cuerpo
como si lo hiciera ante tus ojos.
Y ensayo una sonrisa,
una que nunca antes has visto,
una que de tan bella, nada diga.
Y es entonces, cuando tan entimismada estoy,
cuando té me sorprendes,
apareciendo silencioso y caminando despacio
como quién camina hacia sí mismo.
Y te quedas quieto,
tan inmóvil al borde de mi cuerpo.
Paciente, espero, solazándome con ese instante,
que es para ti más hermoso que tocarme,
cuando llevas al límite tu magna concupiscencia.
Y me sientes antes de tocarme.
Y me escuchas antes de tocarme.
Y me hueles antes de tocarme.
Y en imperceptible distancia
mantienes tan lejano tu cuerpo del mío.
Y así sigues enfureciendo el ansia antes de tocarme.
Y así sigues corrompiendo el deseo antes de tocarme.
Y así sigues hasta que mirarme de tan cruel se torna un suplicio
Y tu alma de rodillas cae gritándote: "¡Su piel o la vida!"
Y no es, ni será jamás,
otro instante sino ése,
en el que temblorosa, delicadamente
te atreves a quebrantar la rosa
que para ti se ha abierto esta noche.
Y tu boca encuentra al fin mi piel
pero no sé dónde,
yo nunca sabré dónde.
Es sólo media tarde
yo sólo nos miro al espejo.
Vesper