viernes, 24 de enero de 2014




"Cuando mi corazón de niño ningún rasguño había sufrido"
Yeats.

¿Oyes? Son los heraldos del invierno, han partido desde cenicientas latitudes, cabalgando en el envés de tu voz. Dejas caer los párpados, el viento ensucia la calle y barre el polvo que no se posará más sobre nosotros. Que caiga sobre ti la maldición de Casandra,  no querré creerte cuando el vigor arraigue en tu garganta diciendo “ Aún eres una niña, pronto me olvidarás. Tranquila, ahora has de crecer, este amor ya se secará”.

Vesper.

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