"Cuando mi corazón de niño ningún rasguño había sufrido"
Yeats.
¿Oyes? Son los heraldos
del invierno, han partido desde cenicientas latitudes, cabalgando en el envés
de tu voz. Dejas caer los párpados, el viento ensucia la calle y barre el polvo
que no se posará más sobre nosotros. Que caiga sobre ti la maldición de
Casandra, no querré creerte cuando el
vigor arraigue en tu garganta diciendo “ Aún eres una niña, pronto me
olvidarás. Tranquila, ahora has de crecer, este amor ya se secará”.
Vesper.
Qué voy a decirte, me dejas sin palabras...
ResponderEliminar