domingo, 2 de febrero de 2014


DESTINO

Hay una fuerza que te empuja
que acaso lleve mi nombre.
Acaso lleve ni nombre
cuando las horas se te llenan de espinas.
Al cielo dejaré sin luna
y con ese alfiler
prenderé tu boca en mi pelo,
y en tu aliento de parca
hallaré consuelo, cuando
corolas verdes sean tus horas
y la fuerza que te empuje
sólo nombre a tu destino.


Vesper.

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