DESTINO
Hay una fuerza que te empuja
que acaso lleve mi nombre.
Acaso lleve ni nombre
cuando las horas se te llenan de espinas.
Al cielo dejaré sin luna
y con ese alfiler
prenderé tu boca en mi pelo,
y en tu aliento de parca
hallaré consuelo, cuando
corolas verdes sean tus horas
y la fuerza que te empuje
sólo nombre a tu destino.
Vesper.
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